La región más afectada por el hambre actualmente es el sur de Asia, donde el 34,4 % de sus menores de cinco años sufre desnutrición crónica. África mantiene sus índices en el 33 %.

 Las comunidades más pobres son las que sufren mayor desnutrición infantil. La mayoría de las muertes relacionadas con esta causa se produce en los países de ingresos bajos y medianos.

 La niñez refugiada y desplazada tiene un riesgo mayor de padecer desnutrición. A menudo no tienen fácil acceso a alimentos ni a servicios médicos adecuados.


En el recién nacido es esencial el consumo de leche, si es materna mejor, para que se nutra de los alimentos que le permitirán desarrollarse de manera normal tanto física como mentalmente. También es recomendable visitar al pediatra de manera regular para poder prevenir cualquier enfermedad que se pueda desarrollar, sobre todo durante los primeros meses.(Dra. Marta Freixas Bermejo, 2018)

 


·        Visibilizar el problema y sus causas.

·        Trabajar en la prevención.

·        Aumentar los fondos para luchar contra la desnutrición infantil.

·        Desarrollar estrategias multisectoriales que engloben todos los aspectos del problema.

·        Trabajar con un enfoque de equidad que permita alcanzar a las poblaciones más pobres y vulnerables.

 

·        Abordar las intervenciones esenciales durante los 1.000 días críticos para la vida: el embarazo y los 2 primeros años de vida.


El especialista que lo trata es el pediatra o un nutricionista especializado en nutrición infantil.(Dra. Marta Freixas Bermejo, 2018)