La desnutrición infantil es el resultado del consumo insuficiente de alimentos y de la aparición repetida de enfermedades infecciosas. El primer año de vida de un niño es básico para su crecimiento, tanto para su desarrollo físico como psicológico, por eso cobra tanta importancia la alimentación en esta etapa de la vida, aunque lo siga siendo en todas. 

 

Cuando pensamos en la desnutrición, lo primero que nos viene a la cabeza es la falta de alimentos y el hambre. Las imágenes que probablemente vengan a nuestra cabeza son las de niños extremadamente delgados que apenas tienen fuerza para sostenerse en pie.

 

Imágenes que suelen dar la vuelta al mundo cuando se produce una emergencia nutricional, como ya pasó en Etiopía, Somalia o el Cuerno de África. En la actualidad, más de 200 millones de niños en todo el mundo sufren algún tipo de desnutrición.

 

Pero la desnutrición, que está detrás de la muerte de alrededor de 7.000 niños cada día, es el resultado de un proceso más complejo.

Un niño que sufre desnutrición no solo no ha tenido una cantidad suficiente de alimentos, sino que además lo que ha ingerido no tenía los nutrientes necesarios para su desarrollo. No obstante, la desnutrición no se reduce exclusivamente a una cuestión de alimentación.

 

 

Una atención poco adecuada o la acumulación de enfermedades infecciosas son dos elementos que siempre están presentes en los casos de desnutrición infantil. Así, la falta de alimentos (en cantidad y calidad), la falta de cuidados y la aparición de infecciones generan un círculo vicioso que puede acabar con la vida de un niño. Y más aún, en el origen de todo están las causas básicas, que incluyen factores sociales, económicos y políticos como la pobreza, la desigualdad o la falta de educación. (National Institutes of Health, 01 septiembre 2020)

 


Vídeo acerca de la desnutrición